Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Vuelas, como hojas de otoño
En antaño verdes, ahora crujientes
Corres, como escenas de sueños
Desde perspectivas diferentes
Eres la pupila... Blanca del anciano
Que todo lo ha visto, y nada recuerda
Sendero, por ti mismo devastado
Sustentado por una fina cuerda
Eres frío, calor, todo un corredor
Empiezas, acabas y nunca terminas
Eres la guitara de un cantautor
La muerte, la vida, tristeza y sonrisas
Eres un crescendo cuesta abajo
Eres la peor de las incertidumbres
Eres la linea recta sin atajos
Eres montaña... Sin cumbre
El viento que corretea esquinas
Descubrimientos te rinden paso
Te rezan como nosotros a la rima
Caen a tus pies por mero letargo
Eres final amargo del camino dulce
La guinda que reluce y nunca acaba
La historia que relata como te hundes
Bajo el tic tac del arma siempre cargada
No te define el celeste del comienzo
Ni el profundo negro del final
No te ves surrealista en lienzo
Ni en el mas clásico cantar
Juegan contigo sin conocerte
Y eso carece de mérito
Viven en ti y quieren obviarte
Dicen exprimirte yo te deleito
Pobre y traidor acaba siendo el tiempo...
Olvide que era un tirano.